Ya no me ves, pero yo aún te siento
Para ti, a los ojos que alguna vez me vieron como si fuera única... y después se olvidaron.
Hay una verdad que quema más que la mentira, y es el silencio.
Ese hueco que se forma en el pecho cuando ya no hay respuestas, solo la pantalla encendida, el brillo frío del celular a las 2:37 a.m., y el cuerpo inmóvil, esperando algo que quizás no va a pasar.
“Dime la verdad”, me repito como un mantra, como si repitiéndolo mil veces fuera a desbloquear una respuesta. Trato de escapar, pero la mente se queda ahí, pegada a lo último que dijiste, a lo que no dijiste. Y mientras tú duermes, o eso supongo, yo sigo despierta, bien pegada al celular. Esperándote.
No es dependencia, es una forma rara de esperanza.
Una fe sin altar.
Y entre tanto esperar, me construyo un cielo.
No el de las religiones, sino uno propio, más íntimo. Un lugar donde todo lo que no se pudo decir, se siente. Donde tus ojos, que ya no me miran, vuelven a encontrarme aunque sea por segundos.
Porque cuando me miraban, aunque no fuera por amor, sentía cosas que nunca viví.
Sentía que era alguien más que la chica esperando el mensaje.
Sentía que era vista.
Y aunque hoy ya no me mires, sigo buscándote entre las sombras del insomnio.
Sigo intentando hacer un hueco entre mundos, para que me veas, aunque sea un poco.
No me muevo, por si acaso decides escribirme.
No me duermo, por si acaso decides pensar en mí.
Y entre todo esto, no sé si quiero volver a ser quien era.
Quiero ser otra cosa.
Quiero ser… celestial.
Quiero existir más allá de tu olvido.
Más allá del mensaje que nunca llega.
Porque aunque mi corazón esté roto, no siento que lo haya perdido.
Sigue ahí.
Esperando.
Brillando en la oscuridad.
Que hermosura de poema.
Me encantó el verso que dice "quiero existir más allá de tu olvido". Comparto mucho tu sentir, pasé por algo similar hace unos meses y sin duda no es algo fácil de superar. Te mando un abrazo fuerte 🤍